Parque público en el Cerro de San Miguel

Lugar: Granada
Fecha: 1990
Diseño/dirección: En colaboración con Carlos Burgarolas
Concurso: 2º premio

La voluntad por representar lo irreal, la realidad imaginada y lo imposible, es el factor determinante en el diseño del jardín. Pretende ser un ámbito que provoque y movilice la creatividad e imaginación de la persona, un lugar donde todo puede ocurrir.

El carácter siempre cambiante de la naturaleza y los recursos arquitectónicos movilizados en la propuesta, habla de una infinita capacidad de sugerencia y novedad.

Del análisis cultural de la ciudad y del medio natural de la parcela hemos constatado tres áreas coherentes a las que hemos caracterizado con una concepción del paisaje, un curso de agua y un complejo arquitectónico singular.

La primera de éstas es la banda inferior de la parcela, más próxima a la ciudad, inmedita a la Ermita de San Miguel, y que por su menor pendiente albergará las actividades sociales, expansivas y de encuentro.

La segunda es una estribación con orientación a norte, ligeramente más umbrosa y húmeda que mira a la vega. Luego se pliega en una ladera a solana con vistas a la Alhambra.

La tercera zona surge del área de aparcamientos y a través de unos propileos se interna en un anfiteatro excavado en el terreno. De aquí arranca un elevador, torre y mirador, hacia todo el paisaje.