Espacio multiconfesional

Fecha: 2020
Diseño/dirección: Eduardo Delgado Orusco
Equipo: Javier Rincón Sánchez

 

El proyecto se plantea como un anhelo, una utopía si se quiere.


Pero también puede leerse como la consecuencia de entender que las tres grandes religiones monoteístas rezan a un mismo Dios. El proyecto propone la deseable aproximación de los fieles a través de la experiencia de un mismo espacio común, capaz, amplio, diáfano y donde fuera posible compartir experiencias y celebraciones.


Un proyecto análogo, tal vez menos ambicioso pero muy loable, ha sido ya ensayado en la ciudad de Berlín, «The House of One» . En aquel caso se afirmaban los tres templos –sinagoga, iglesia y mezquita- aislados uno de otro y solo unidos por un gran espacio común pero externo a los tres.


Nuestra propuesta va más allá: un solo Dios, un solo espacio. Este proyecto necesita superar miedos, desarrollar confianzas, renunciar a normas, soñar una oración común que será recibida por ese Dios único.


El espacio –el proyecto– se plantea con una geometría nítida y cargada de simbolismo. Su carácter sagrado –es decir, segregado de lo mundano y ofrecido a Dios– se representa con una arquitectura compacta e ideal. El umbral de acceso es único y quebrado, una preparación. El interior es tremendamente luminoso, con una luz venida del Cielo a través de un lucernario único, que aprovecha las condiciones geométricas, para ofrecer iluminación propia –aunque a la vez compartida– a cada una de las áreas del conjunto. Cada religión dispone de sus espacios específicos dentro de un ámbito particular, pero no cerrado. Aquellos espacios se tallan en el muro, pero se abren al espacio común en una suerte de invitación. Lo material –el edificio– se entiende como la institución, el espacio interior es la vida de los hombres. Cuanto más al centro, más humano, más común. 


No obstante también se plantea un límite textil, una especie de cortina, a 3 metros de distancia del muro interior que permitiría velar a voluntad el perímetro, todo él o determinados ámbitos sensibles. El corredor formado funcionaría como deambulatorio privado en caso de necesidad.


En el despliegue de los ámbitos de cada religión se han estudiado posibles afinidades: el agua –purificadora para los judíos, iniciática para los cristianos, limpiadora para los musulmanes– conforma un ámbito común –un triángulo– en el centro del espacio. También se despliegan invitaciones no necesariamente rituales, como las cenas del ramadán o la biblioteca judía que guarda una historia común.


El volumen del conjunto se encuentra en el perímetro de un gran jardín –el Paraíso– al que sirve como umbral y como puerta.


Aprendamos a rezar en común…