Edificio de viviendas en el sector Santa Anna de Gandía

Fecha: 2019
Diseño/dirección: Eduardo Delgado Orusco
Equipo: Javier Rincón Sánchez

El planteamiento de nuestro proyecto parte de una serie de premisas claras:

Desde el punto de vista de los parámetros urbanísticos, se ofrece un volumen único, lo más compacto posible que se “descuelga” idealmente desde la altura máxima permitida de la edificación (14 metros), donde se plantea el forjado de cubierta y desde donde se despliegan 4 alturas de pisos, dejando la planta baja, a la altura de  la calle, completamente diáfana.

Así, pensamos en una plaza pública que ocupa todo el solar y que se desarrolla bajo el bloque, en contacto con el exterior e iluminada perimetralmente y, además, por los dos patios de luces de planta cuadrada que, además  de ofrecer luz y ventilación cruzada a las viviendas, alojan las comunicaciones verticales del conjunto y llegan hasta la planta de aparcamientos prevista bajo la mencionada “plaza”.

El resultado son 4 plantas de 8 viviendas cada una, de diferentes tamaños y caracteres, dispuestas alrededor de los dos mencionados patios.

Todas las viviendas tienen ventilación cruzada entre la fachada exterior –a la que dan las piezas más vivideras como los estares y salones, y algunos dormitorios- mientras a los patios interiores vierten cocinas, aseos y otros dormitorios.

Se han minimizado los recorridos interiores buscando la mayor eficacia de las plantas y el mayor aprovechamiento de las superficies construidas.

También se ha tendido a agrupar los espacios húmedos en un nuevo esfuerzo de eficacia.

En la cubierta alojamos sendos pabellones de trasteros (que no computan a efectos de alturas), así como una posible playa de placas de captación solar. En todo caso la cubierta se plantea como una restitución del plano de suelo original, mediante el depósito de la capa de tierras superficiales del solar, lo que favorecerá un comportamiento análogo, en cuanto al arraigo y crecimiento de especies silvestres, que el campo circundante.

 

 

 

La construcción está pensada mediante una estructura de vigas de hormigón postesado embebidas en los forjados de planta baja. Estas vigas rodean los patios y se extienden hasta un zuncho perimetral que de sección variable que coincide con el perímetro del solar y del bloque. La sencillez del trazado propuesto y la especialización de la estructura planteada permiten pensar en una construcción muy eficaz. También la nitidez con la que se piensa la estructura permitiría dejarla mayoritariamente vista, incluso en el interior de las viviendas, al igual que las instalaciones. En cualquier caso estas se piensan siempre registrables para facilitar su mantenimiento y evitar siempre rozas. Todas estas medidas, aparentemente más caras, retornarán ahorros a medio y largo plazo.

La fachada se piensa igualmente especializada, ligera y derivada de la oferta de la industria de la construcción. Pensada originalmente acabada en chapa metálica, el color se podría “entonar” con el entorno natural  construido, aunque también se podría buscar un contraste en función del resultado perseguido.

Los huecos estarían protegidos con lamas también metálicas, que protegerían de la radiación solar directa y que ofrecerían también la posibilidad de oscurecimiento interior de las viviendas.

Las fachadas de los patios están pensadas en fábricas de ladrillo visto, lo que sugeriría una mayor calidez en el corazón del edificio –los corazones, ya que los patios son dos- contrastando con la limpieza de las escaleras y las cajas de ascensores.

El juego de terrazas de las viviendas, que no coinciden siempre en vertical, generaría un cierto “efecto de desorden” en la fachada, que colaboraría a la naturalidad derivada del uso cotidiano.